de tremedales, dolinas y verdes praderas

mayo 06, 2006

Calomarde, concejo abierto
















Hay que establecer una nueva relación entre el campo y la ciudad (eso dicen los libros de teoria). El cliente no siempre tiene razón. Tal vez si no hubieramos tomado "unilateralmente" la decisión de cambiar los muebles del comedor de "su casa" todo habría ido mejor. Lo peor es que nos creimos con derecho a hacerlo. Y es que en Calomarde, duermen y conviven todos los días los arrendatarios del bar de la plaza y 71 habitantes más, y al parecer la plaza es la sala de estar de este concejo abierto. Así se llama la modalidad por la que se rigen los municipios con menos de 100 habitantes, donde hay alcalde pero no concejales. Las decisiones y las cuestiones municipales las deciden entre todos, y allí, en Calomarde, su pueblo, no les gusta que les ocupen sus asientos, porque no se han ido a Sevilla.
Si lo hubieramos hablado antes, hubieran accedido de buen grado (de hecho lo hicieron luego cuando las consumiciones estaban ya en la mesa y era un incordio moverse) a nuestra propuesta de cambiar los muebles con la firme promesa de dejar todo como estaba.
Ellos resisten en un medio díficil y nos dan la opción de poder tomar un refresco en medio de nuestros "ciudadanos viajes de fin de semana".