de tremedales, dolinas y verdes praderas

mayo 05, 2006

Sierra Alta

Fuimos hasta allí casi por casualidad. Tras una lección magistral de Julio sobre el origen del río de piedras (y la solifluxión), los tremedales y otras maravillas de la geomorfología del lugar; y despues de probar las aguas de la Fuente del Canto, aparcamos nuestra caravana de utilitarios al lado de una señal que indicaba: Sierra Alta 1,5 Km.
Nos pusimos en peregrinación hacia ¿el este, el oeste? (en aquellas sierras resulta un poco difícil orientarse). El camino-pista ascendía suavemente entre cuarcitas y pinos silvestres, al rato un pequeño repecho, la ausencia de pinos y, sobre todo, el evidente vértice geodésico nos anunciaban el final del recorrido.
Estabamos en Sierra Alta, uno de los pocos lugares fácilmente accesibles y con mejores vistas (360 º para disfrutar) de toda la serranía.
La hora era perfecta, la inclinación del sol la justa. El verde intenso, que la primavera había heredado del lluvioso invierno, se doraba placidamente ante nuestros ojos asombrados ¡si! con tanta belleza. Guadalajara a un lado, al otro Cuenca y allá a su frente Teruel (y al fondo, muy al sur, el castillo del Papa luna en Peñíscola).
Nos apresuramos para posar para la eternidad a contraluz y al lado del viejo pluviómetro. Ahí queda la foto para el recuerdo.